El domicilio y otros lugares reservados, como el jardín de la casa del trabajador, deben considerarse ámbitos inmunes a las labores de investigación de los detectives privados con vistas a la obtención y aportación de pruebas. Se trata de un ámbito en el que se ejerce la vida íntima, personal y familiar y que puede permanecer ajeno a las intromisiones de terceros si el titular no lo autoriza, pues es un espacio en el que tiene una expectativa legítima de privacidad, siempre que no sea completamente visible desde el exterior y esté protegido de alguna manera, por ejemplo, con vallas, muros o setos.