Efectos de la aceptación o repudiación de una herencia.

Cuando una persona acepta una herencia y se convierte en heredero, debe declarar en su autoliquidación los bienes heredados en todos los ejercicios en los que se haya devengado el IP, desde el fallecimiento del causante. Cuando repudia la herencia, no debe incluir los bienes correspondientes a la porción hereditaria repudiada, pues en ningún momento entraron en su patrimonio.