Para ejercer la profesión de abogado es preciso completar la formación universitaria con una formación especializada reglada, de carácter oficial y evaluable. En este sentido, para mejorar este sistema de capacitación profesional se han modificado los siguientes aspectos de las pruebas de aptitud:
– la evaluación debe consistir en una prueba escrita, objetiva, de contenido teórico-práctico con contestaciones o respuestas múltiples;
– la calificación final se obtiene de la media ponderada entre el 70% de la obtenida en la evaluación y del 30% de la nota obtenida en el curso de formación;
– cada aspirante ha de recibir la calificación de forma individualizada y anónima.
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